La seducción también tiene sus historias con moraleja. Hoy
quiero contaros una historia real y lo hago para que cada uno saque sus
conclusiones que todos somos mayorcitos.
Ocurrió una noche en
un garito cualquiera. Tres hombre en la treintena, altas horas de la madrugada,
música atronadora amalgama de distintos estilos y mucha, mucha gente. Los tres
rondábamos por el local en busca de lo que pudiera surgir. De repente. Una
rubia con algo más de media melenita, alta (rondaría el metro setenta) y con un
minivestido transparente se sitúa en el centro de la pista de baile. Por si
todo lo dicho hasta ahora no fuera suficiente se puso a bailar de la manera más desenfrenada que os podáis
imaginar. Con todo el local viendo sus
pezones y su tanga negro sucedió lo inevitable: una legión de moscones comenzó
a rodearla y ahí empieza la historia.
La chica permitía que los moscones la rodearan pero que
nadie la tocara, despreciando con un contundente empujón a todos los que se
acercaban demasiado. Como no podía ser de otro modo mis dos colegas se
acercaron y recibieron el correspondiente trato. Yo mientras me acodaba en la
barra intentando hacer algo con una morena. Rechazados mis dos colegas no
tardaron en volver a molestar. El caso es que me dieron la noche: no solo me espantaron un posible
ligue, sino que me tocaron las narices con sus reproches a la rubia.
Expresiones como “mira la calienta po…, como provoca” “ será
cabro..” ect salieron de sus bocas, mientras el espectáculo en la pista seguía.
Harto de aguantarlos decidí preguntarles: y señalando a la rubia inquirí ¿Qué es
lo que veis? La respuesta de ambos fue
algo así: una guarra, una cahonda, en busca de caña. A lo que respondí: que así jamás ligarían con
ella. Como podéis imaginar acto seguido me tildaron de listo y me animaron a
que lo intentara. Lo primero puede que lo sea (todos tenemos cierto punto de
pedantería) pero lo segundo no se me
paso ni por la cabeza (he estado con alguna mujer de este tipo y os puedo
asegurar que el sexo empieza a partir del segundo o el tercero. Además de convertirse
en un combate por saber quien domina a quien)
puesto que tras una alta ingesta de etílica sabia que no estaba a la
altura. Sin mencionar en los líos que te puedes meter con toda esa testosterona
suelta.
Bueno sigo. La habéis estado mirando más de un cuarto de
hora como embobados y eso es todo lo que habéis sacado en claro, pues que bien.
Les dije. Podéis imaginar sus respuestas. Por lo que añadí: primero es una
mujer, no una guarr… es una mujer con criterio propio, que sabe lo que quiere y
cómo lo quiere. Hoy quiere sexo y busca con quien tenerlo. Quiere alguien capaz
de seguir su ritmo e incluso que le imponga su ritmo, algo que no será fácil
porque esta dejando claro que es ella quien manda. En ese momento teníais que ver la cara de los
colegas una mezcla entre este tío está loco y escepticismo. Viendo que no me entendían
continué. Con una chica como esa cuando
te empuja y retrocedes un centímetro esta muerto. No solo tienes que mantenerte
firme, también tienes que actuar como ella: no hablo de devolver el empujon,
pero una respuesta apropiada sería algo
así como “veo que la gatita tiene las uñas afiladas” (suena peliculero pero,
tienes que dejarle claro que estas allí para jugar y jugar duro) al tiempo que das un paso hacia delante plantándote
delante de ella y como no hay nadie en este garito es capaz de hacer eso se va
a ir a su casa sola, apunte como coletilla..
Mis colegas siguieron tildándome de listillo, con ese
desprecio que da el haberlo intentado y ser rechazado hasta que la rubia se
puso un sobretodo y se largo…. Sola.
Entenderme bien no quiero decir que a mi me hubiera ido
mejor que mis compañeros si hubiese intentado ligar con ella quiero dejaros claro que yo había sido
rechazado por la morena en la barra (sí también me rechazan) pero en lugar de “cagarme”
en la chica intente aprender la lección (creo que fui demasiado directo) y
hacerles ver cómo encarar de otra forma a la rubia. No menos de una veintena de
moscones lo intentaron y todos de la misma manera: acercando su rab.. al culo
de la rubia mientras bailaba y uno tras otro fueron descartados por un empujón,
respondiendo en algunos casos con chulería, no con autoridad que es lo que
buscaba la chica. Estaba diciendo a gritos que pasaba de chulo pues podía tener
uno de esos cuando quisiera, que buscaba alguien capaz de jugar a quien manda.. Y pese a ver
que no funcionaba uno tras otro hacían lo mismo. Lo triste de todo es que alguno
con su orgullo de macho herido o por demostrar que era el macho alfa montó trifulcas con otros moscones
(me sorprendió que los de seguridad no hicieran nada, tan picajosos que se
ponen en otros casos) . Lastima de no
haber estado hábil para grabarlo y colgarlo de YouTube.
Miedo me da publicar este artículo porque sé lo que pulula
por internet y exponer las cosas tan crudas es hacer oposiciones a llevarme
unas buenas críticas pero, confió en el buen criterio de mis seguidores y que sabréis
extraer la moraleja de la historia .